Seguramente más de una vez has escuchado y te has preguntado, ¿por qué los alimentos procesados no se recomiendan? ¿por qué nos dice la nutrióloga o el médico que debemos evitarlos para mejorar nuestra salud? Te explico aquí la razón.
La principal característica de los alimentos procesados, como su nombre lo dice, es que son sometidos a un proceso con la finalidad aumentar su vida de anaquel, además de acentuar los sabores, lo cual implica que se le añadan otros compuestos para lograrlo.
Al tener tantos ingredientes, entre conservadores, azúcares añadidos, saborizantes y colorantes tanto naturales como artificiales, llega un punto en el que ya ni siquiera puedes diferenciar un sabor de otro, solo sabes que te gusta porque tu cerebro de lo dice. Esta explosión de sabor y sensación placentera se vuelven “adictivos”, pero no te causan saciedad como lo haría una manzana, un pollo a la plancha o cualquier alimento natural; es más, lejos de causarte saciedad estimulan el apetito pidiéndote cada vez más de ese producto.
¡Sí, es literal como el comercial de las chips famosas: “A que no puedes comer solo una”!
Por otro lado, como sabrás, la mayoría de los conservadores son producidos a base de sodio (sales), lo cual incrementa el riesgo de elevar la presión, retener líquidos e incluso la aparición o aumento de celulitis.
Ahora que conoces los efectos negativos que ocasionan los alimentos procesados en el cuerpo, te daré algunas recomendaciones para evitar consumirlos.
1. Revisa las etiquetas, si el producto enlista más de 5 ingredientes, aléjate de ellos
2. Además del punto 1, si no puedes pronunciar los ingredientes, diles bye.
3. OJO con los productos light, bajos en grasa, etc, ya que la mayoría de ellos, para contrarrestar la reducción de grasa, les añaden azúcares para que no pierdan su sabor.
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