En algún momento de nuestra vida hemos sentido estrés laboral, no importa que tanto amemos nuestro trabajo, todos podemos llegar a sentirlo, ya sea por el horario, el ambiente laboral, las fechas de entrega, los posibles despidos o el alcanzar metas fijas, nadie se salva.
Es normal tener un poco de estrés, este genera la liberación de hormonas que aceleran el corazón, provocando que respiremos de forma más rápida, produciendo una descarga de energía que puede ayudarnos a terminar un proyecto o resolver problemas de manera eficiente. Sin embargo, estar en un estado de estrés de manera prolongada no es bueno para la salud.
El estrés constante puede causar problemas de salud a largo plazo como, enfermedades cardíacas, presión arterial alta, problemas de espalda y depresión. Si bien, las causas del estrés laboral son distintas para cada persona, existen algunas fuentes comunes en el lugar de trabajo, algunas de estas pueden ser:
- Falta de control: El estrés se genera al sentir que las cosas salen de nuestro control, provocando agotamiento laboral y problemas de salud. Esta, sin duda, puede ser la principal causa de estrés laboral, un ejemplo puede ser cuando debemos entregar algún informe para el cual necesitamos cierta información y no nos la proporcionan a tiempo.
- Carga de trabajo: Tener demasiadas actividades por hacer, laborar horas extras de manera constante o tener tiempos de descanso muy cortos, son factores que influyen en el aumento del estrés, te recomendamos priorizar tus tareas para irlas resolviendo una a la vez.
- Funciones en el trabajo: El no tener un papel bien definido sobre tus funciones en el trabajo, si te encargan tareas que no corresponden a tu área o si tienes demasiado trabajo por hacer y no puedes decir que no a las nuevas tareas, es una bomba de tiempo de estrés seguro.
- Condiciones laborales: Que el empleo sea físicamente extenuante o peligroso, laborar en un lugar expuesto a ruidos fuertes o en un ambiente laboral tóxico, aumentan aún más el nivel de estrés.
- Comunicación deficiente: no poder hablar con nuestros jefes o compañeros acerca de las necesidades, inquietudes o frustraciones puede generar estrés y confusión.
- Mala administración: Si no te permiten participar en la toma de decisiones, si carece de organización o tiene políticas que no ayudan a conciliar la vida laboral con la privada, eso puede ser un indicador de que el estrés puede estar presente en ti día a día.
- Satisfacción y desempeño laboral: Sentirnos inseguros sobre nuestro desempeño laboral, es algo que con frecuencia experimentamos, el saber si estamos haciendo las cosas de forma correcta o el sentir que somos relevantes para el equipo de trabajo suele ser un factor de estrés que influye indirectamente en el día a día.
Si el estrés laboral se prolonga por un largo tiempo, puede provocar problemas de salud, entre los que destacan padecimientos cardíacos, dolor de espalda, agotamiento, bajas defensas y depresión. Si presentas alguna de las siguientes señales es momento de entrar en acción:
- Problemas para conciliar el sueño
- Malestar estomacal
- Dolores de cabeza frecuentes
- Estar enojado o irritable la mayor parte del tiempo
- Sentirte insatisfecho con las cosas que haces
Como ya lo mencionamos antes, un poco de estrés no es malo, pero cuando afecta la salud u otros aspectos de nuestras vidas es importante hacer un cambio. Ahora bien, ¿Cómo podemos combatir este padecimiento y lograr llevar una vida más sana y tranquila?
Tomate un break
Si te sientes cansado, estresado o irritado, toma unos minutos para relajarte, sal a caminar o come algo saludable, esto ayudará a despejar tu mente, te sentirás más tranquilo y activo para poder continuar con tus actividades. En caso de que no puedas salir, toma unos minutos para cerrar tus ojos y respirar profundamente, sin quedarte dormido (suele pasar).
Organízate
Elabora una lista con todas las actividades que debes realizar, acomodalas por orden de importancia, conforme vayas cumpliendo tus tareas, ve tachándolas. Te sentirás más productivo y podrás gestionar mejor el tiempo que le dedicas a cada trabajo.
Establece metas razonables
No aceptes más trabajo del que puedes hacer. Establece metas realistas para ti y tu equipo de trabajo, así podrán estar en sintonía de lo que puede aportar cada uno día con día, de esta forma evitarán atrasos y malos entendidos.
Administra el uso de la tecnología
Es un poco difícil desconectarse del trabajo, más, cuando los correos electrónicos, mensajes y llamadas son constantes y no deja de sonar el teléfono. Es fácil sentirse angustiado ante la posibilidad de no estar disponible las 24 horas del día.
Fijar límites claros entre la vida laboral y personal es clave para reducir el estrés. Esto podría significar no consultar el mail desde casa por la tarde o no contestar el teléfono horas después de terminar la jornada laboral.
Aprende a relajarte
Al terminar tu jornada, puedes poner en práctica algunas técnicas de relajación como meditación, ejercicios de respiración profunda y consciencia plena, estos te ayudarán a sentirte mejor, o bien, si quieres cerrar el día de la mejor manera, haz una rutina desde tu FITFAM, donde podrás encontrar todo tipo de ejercicios, desde básicos para relajarte hasta intensos, justo para sacar todo ese estrés que llevas dentro.
Habla con tus superiores
En algún punto hemos escuchado la frase “un empleado feliz es un empleado productivo”, por lo que es importante crear un ambiente laboral agradable para todos. El entablar una conversación con tu jefe puede generar cambios positivos, el propósito no es presentar una lista de quejas, sino tratar de emplear un plan eficaz para controlar las situaciones de estrés que hayas identificado.
Esperamos que estos tips te sean de utilidad para poder llevar una vida laboral más sana y productiva, te esperamos en nuestro próximo blog.